No hubo suspenso en esta final ganada en dos sets por la jugadora polaca tras poco más de una hora de juego (1h08). Swiatek añade un segundo Abierto de Francia, y un Major más, a su lista de logros consolidándose aún más en la cima del ránking.

Hasta el final, asumió su papel. Número 1 del mundo, invicta desde febrero y ganadora de 28 partidos consecutivos, Iga Swiatek era la gran favorita cuando llegó a Roland Garros. Esta quincena era una oportunidad de oro para doblar su récord de Grand Slam, pero con el peso añadido de tener que triunfar o su torneo se clasificaría como un fracaso, teniendo más que perder que de ganar.

Pero la polaca era demasiado fuerte. Con el nivel superior al resto del circuito WTA, como si jugara a otra cosa. En la final del sábado, se deshizo de la novata Coco Gauff, a la que barrió en dos sets (6-1, 6-3) y en poco más de una hora (1h08, para ser exactos). Veinte meses después de su primer título parisino, Swiatek volvió a hacerlo. Esta vez, nadie fue tomado por sorpresa. A sus 21 años, Iga es la reina de París. Y la que domina el plano del tenis femenino ante la retirada de por entonces Ashley Barty.